Los saberes filosóficos o las filosofías


 




En sus orígenes, la filosofía occidental abordaba la explicación de todos los fenómenos de la realidad física y espiritual. En ella confluían todos los saberes y a todos dispensaba su explicación. Con el desarrollo particular de las ciencias naturales y las ciencias de la sociedad, la filosofía redujo sus objetos de estudio a los aspectos más generales y profundos de la vida del hombre. Su razón de ser sigue vigente como medio para el ordenamiento de todas las posibilidades de conocimiento desde las distintas perspectivas del lenguaje y del saber. Todavía se abroga la tarea de responder, con el mayor rigor, las más difíciles y esenciales preguntas del ser humano, la vida y los misterios ¿Cuál es el principio ordenador de la realidad del mundo? ¿Cuál es el sentido de la existencia del hombre? ¿Cómo encarar la búsqueda de la verdad con las diversas lógicas y los medios instrumentales disponibles? Junto con sus peculiaridades primigenias, son parte de su objeto de estudio los desarrollos de conceptualizaciones vinculadas con el saber y el conocer.


Actualmente, las corrientes filosóficas más importantes, constituyen complejos aparatos gnoseológicos con los cuales se aborda el estudio de problemas propios y ajenos, vinculados con múltiples aspectos de la realidad cultural y psicofísica del hombre. Desde esta perspectiva, cobran mayor sentido los saberes filosóficos con principio y fin delimitados a los problemas esenciales del hombre. Las preguntas más graves del hombre. Aquellas en torno a los cuales no existen visiones y respuestas unánimes.  

Un inventario general y provisional del conocimiento filosófico y psicológico, debería considerar los aportes del antiguo Oriente (Egipto, Babilonia, China, India) a la filosofía universal y el conocimiento de la psique humana, por motivo de su previo o paralelo desarrollo al de la filosofía griega.[1] No parece aceptable seguir hablando de la inexistencia de la filosofía india, luego de sesudas argumentaciones filosóficas de respetables filósofos hindúes y del mundo occidental. En el germen de aquel preguntar y responder en los anónimos vedas, está la simiente poética o versificada de su filosofía. Dicha y dirigida de ese modo para amplias capas de la población, dentro sus propósitos de transformación espiritual del hombre. No es esta argumentación un recurso basado en la autoridad de los filósofos nombrados a pie de página. Tampoco éste interés uno de los designios de este aporte reflexivo y testimonial. Pero consignamos, que no por ignorancia, lo omitimos. Bástenos para nuestra argumentación la reseña de significativos aportes de la filosofía de la India, imprescindibles en el contexto filosófico y psicológico en los cuales exponemos nuestro interés por los fenómenos producidos de la energía psíquica y las potencialidades cognitivas del inconsciente, como parte constitutiva de la totalidad de la psique. De ese diverso conjunto tenemos sustantivos aportes de la filosofía de la India de la cual se señalado su origen a mediados  del  milenio  I  antes  de nuestra era".[3] Mahadevan, hijo y representante de esa cultura, declara un origen temporal imprecisable; y su extensión -señala- abarcaría parte de Asia y tierras del Océano Índico. [4] La filosofía india sería tan antigua como el Rg-veda, (verdad), cuyos atributos son parte fundamental de aquella, siendo su tiempo de origen también imprecisable.

Adentrarse en el conocimiento de la primigenia filosofía india, resulta fascinante por la variedad, la sustantividad humana de sus temas y por sus contrastes. Su conjunto pareciera tener como centro una visión ética, inconfundible y contrastable, con la visión religiosa. Una visión, estrecha o superficial, sería la defendida por quienes la consideran indistinguible de la religión. Bastaría reconocer sus diversas expresiones, para constatar que solo una parte de su totalidad pudiere reflejar pesimismo, inprogresismo y desapego del mundo. Aproximarse a un compendio de su totalidad, a la variedad de sus contenidos y a la hondura y la sencillez con los cuales son abordados temas cardinales de la existencia, desde aristas gnoseológicas diversas, desautoriza esa visión. Su sereno lago espiritual contiene veneros diversos y contrarios. En ella se conjuntan el materialismo y el espiritualismo, el pluralismo y el monismo, el realismo y el idealismo. Su breve sumario resulta incontrastable. Y la afirmación de Mahadevan harto justificadas: "Así como la filosofía occidental no es una filosofía, la filosofía de la India no es una sola filosofía".[5] Conforme a los propósitos de nuestro acercamiento y nuestra mirada, pareciera poco importante su carácter impersonal, en cuanto a filósofos ni su imprecisión cronológica.

Es observable que la filosofía, como forma de pensamiento escrutador, con el cual se construyen y se proclaman verdades y pareceres, se desarrolló con un ostensible carácter ético tanto en el mundo oriental como en el occidental; tal es apreciable en las escrituras Védicas, en el jainismo, en el budismo y en los desarrollos iniciales de la filosofía griega. Desarrollos posteriores, en el mundo occidental, reflejan diversas percepciones orientadas hacia la distinción de la naturaleza esencial de las cosas, como principios de un conocimiento empeñado en desestructurar la realidad para quinta esenciarla y nominarla, conforme a la naturaleza de sus sustancias, fueren estas de origen material o en sentido contrario, de basamento ideal, como fue la evolución de los fundamentos de las filosofías del mundo mediterráneo.

Expresión de los desarrollos de la filosofía en los diversos campos del conocimiento, son la lógica formal, la lógica gramatical, desarrollos particulares en la lingüística, la semántica, la filosofía antropológica, el materialismo dialéctico, la filosofía de la historia, de la educación, del arte. La filosofía se ha constituido en una plataforma conceptual; en un medio para clarificar los propósitos particulares de cada ciencia, y como método general orientado hacia búsqueda de la intersubjetividad con relación a los diversos conocimientos y saberes humanos.

El conocimiento de las convenciones de las varias filosofías, permite la construcción y desconstrucción de verdades, siempre relativas a su contexto lógico. De este modo, la filosofía sigue desempeñado una importante función para la comprensión, y como desarrollo de una determinada lógica, desde la cual es posible la investigación de problemas epistemológicos de las ciencias en general. Parece claro que la filosofía no es parcelable en propósitos únicos de conocimiento ni reducibles los saberes filosóficos a una sola filosofía.



[1] M. T. Tovchuk (1980). HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. Editorial Progreso. Moscú. 1980. Tomo I. (p.19)   

[3]   Ídem (p.26)

[4] T.M.P. Mahadevan (1998). INVITACIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA INDIA. (p.15) Fondo de Cultura Economica.1998. México.

 [5] Ídem p.15

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